Cómo actuar en una entrevista

Tu evaluación como candidato comienza antes incluso de entrar a la oficina de la empresa. Llegar tarde sin previo aviso o no presentarse puede ser un gran obstáculo. La responsabilidad es clave en cualquier situación, y esto se espera de cualquier candidato. Si surgen imprevistos, comunica y discúlpate si es necesario; mostrar preocupación por los demás es valorado.

La primera impresión es importante. Se dice que la simpatía hacia una persona se forma en los primeros 20 segundos de contacto. Por lo tanto, es vital ser puntual y mostrar un aspecto cuidado. La vestimenta también importa, aunque adaptarse al ambiente es más relevante que vestir formalmente.

Por último, el humor adecuado puede ayudar a relajar la atmósfera y crear una conexión. Intercambiar algunas palabras amables mientras esperas o durante el recorrido hacia la sala de reuniones puede mostrar tu personalidad abierta y agradable.

Al comienzo de una entrevista, es común que te pregunten sobre ti, tu último trabajo, la experiencia que has adquirido y los proyectos en los que has participado. Lo que digas en esta etapa probablemente será la base para el resto de la conversación. A los entrevistadores les interesa mucho tu experiencia real: qué tareas has resuelto, con qué dificultades te has encontrado y cómo las has superado. Si tienes esa experiencia, genial; si no, no pasa nada, habla sobre proyectos de estudio.

Cuando hables sobre ti mismo, sé conciso. Es poco probable que el entrevistador quiera escuchar toda tu historia desde la escuela hasta el día de hoy.

Las preguntas cerradas suelen requerir una respuesta concreta, como un "sí" o un "no". Un ejemplo común es "¿has trabajado con X?". Aunque estas preguntas no permiten evaluar tus habilidades ni cómo resuelves problemas, sí ayudan a determinar tu nivel de experiencia con ciertas tecnologías.

Aquí tienes algunas opciones sobre cómo responder. Si no has trabajado con lo que te preguntan, simplemente di que no. Si al menos sabes de qué se trata, podrías decir: "sé que eso resuelve tal problema, pero no he trabajado con X". Si tienes experiencia con algo similar, podrías decir: "no he trabajado con X, pero he usado Y para tareas similares". Este tipo de respuesta le dará al entrevistador algo más de qué hablar y mostrará tu conocimiento y flexibilidad.

Las preguntas que implican una respuesta detallada buscan entender tu pensamiento, análisis y capacidad para hacer preguntas pertinentes. Evita responder con un simple "no sé" a menos que realmente no tengas idea de lo que se habla. En tal caso, es útil preguntar dónde puedes aprender más al respecto. Esto muestra tu interés y disposición para aprender.

La mayoría de las preguntas abiertas no buscan respuestas exhaustivas, sino iniciar una conversación para evaluar tu forma de pensar, tu capacidad de análisis y tu habilidad para plantear preguntas y proponer soluciones. Una pregunta abierta casi siempre se convierte en un diálogo. Haz preguntas para aclarar, formula hipótesis, piensa en voz alta y presenta argumentos a favor y en contra. Aquí tienes un ejemplo de cómo podría desarrollarse un diálogo:

La parte principal de la entrevista generalmente se centra en preguntas abiertas. Aquí es donde tu habilidad para razonar en voz alta juega un papel crucial.

Los entrevistadores tienen diferentes enfoques para evaluar la resolución de problemas. Algunos no plantean problemas para resolver, mientras que otros creen que no se puede evaluar correctamente el nivel de un candidato sin verlo codificar. En cualquier caso, debes estar preparado para resolver diferentes tipos de problemas, ya sea en la computadora o en papel.

Al final de la entrevista, es probable que te pidan que hagas preguntas sobre la empresa, el proceso de contratación y otros temas. Es una buena idea comenzar con preguntas sobre la propia entrevista. Pide recomendaciones sobre qué leer y con qué familiarizarte. A la mayoría de los programadores les encanta compartir sus conocimientos, y esto te hará ganar puntos positivos.

Asegúrate de preguntar en qué trabajarás: si es un producto propio o desarrollo por encargo, qué proyecto es, si se puede ver en Internet, cuáles son las tareas actuales del desarrollo y quién forma parte del equipo del proyecto.

Pregunta también sobre la cultura de ingeniería: si se escriben pruebas, si hay revisiones de código, mentoría, etc.

Sin embargo, ten cuidado de no hacer demasiadas preguntas. Si pareces demasiado meticuloso, podrían considerar que trabajar contigo será complicado.

Esta es una práctica avanzada que puede influir positivamente en la decisión sobre tu contratación. Asegúrate de analizar todas las preguntas de la entrevista, responderlas y hacer una lista con ellas. Luego, envía la lista por correo electrónico a la empresa, explicando que has revisado y reflexionado sobre todas las preguntas. Los entrevistadores pueden quedar tan impresionados con tu nivel de motivación y dedicación que decidan contratarte.

Incluso si no pasas la entrevista, es una oportunidad de aprendizaje invaluable. Identifica tus áreas de mejora y prepárate para futuras oportunidades. Si dejaste una buena impresión, es posible que te consideren nuevamente en unos meses.