Cada acción en Internet implica el intercambio de datos. Cada vez que reproduces un video, envías un mensaje en una red social o abres tu sitio web favorito, tu computadora envía una solicitud al servidor correspondiente y recibe una respuesta. Por lo general, el intercambio de datos se realiza a través del protocolo HTTP. Este protocolo no solo establece las reglas para el intercambio de información, sino que también sirve como transporte para la transferencia de datos, permitiendo que el navegador cargue el contenido del sitio en tu computadora o teléfono inteligente.
A pesar de la comodidad y popularidad del HTTP, tiene una desventaja: los datos se transmiten en texto plano y no están protegidos. En su camino desde el punto A al punto B, la información en Internet pasa por decenas de nodos intermedios, y si uno de ellos está bajo el control de un atacante, los datos pueden ser interceptados. Lo mismo puede ocurrir cuando utilizas una red Wi-Fi no segura, como en un café. Para establecer una conexión segura, se utiliza el protocolo
HTTPS con cifrado.