Las muestras de personas encuestadas pueden ser demasiado pequeñas o demasiado homogéneas. Por ejemplo, en una empresa trabajan 1,000 personas, la mitad hombres y la mitad mujeres, y la encuesta se realiza solo a tres hombres de esos mil. Para una encuesta de calidad, la muestra debe ser representativa, es decir, lo suficientemente grande e incluir diferentes grupos sociales.