Todo esto está directamente relacionado con el proceso de aprendizaje.
Realizar las tareas simples que implican solo la lectura teórica sin aplicar esfuerzos crea
una falsa sensación de comprensión, y después de este tipo de aprendizaje, la persona no logra realmente nada.
Las tareas complicadas, al estar mucho más cerca de la vida real, obligan a comprender el tema, leer literatura adicional, probar diferentes algoritmos de solución, cometer errores, lo que puede llevar a que el estudiante pierda la motivación.
Por lo tanto, las tareas demasiado difíciles son casi tan malas como las demasiado simples.